¿Qué haría el hombre sin la Escritura?
De la misma manera en la que un pequeño niño perdido en un frondoso bosque jamás podría por sí mismo conocer el camino a casa de su padre, así tampoco ningún ser humano podría conocer el camino al Padre, a menos que Él mismo lo hubiese revelado.
Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí
Jua 5:39
La Palabra de Dios es esencial
El Señor no dice “ellas dan testimonio de mí” como si algo o alguien más pudiera dar testimonio de Él de manera salvífica; el Señor dice “ellas son las que dan testimonio de mí”… Su poder y deidad bien pueden ser apreciados en la obra de la Creación; pero sin la Escritura, su amor, su justicia, su voluntad y su plan de salvación, hubieran permanecido un misterio para la raza humana.
Tu Palabra Dios a mi
Es un gran tesoro aquí,
Pues contiene la verdad,
Tu perfecta voluntad;
Y habla a mi corazón,
Y me muestra al Salvador.Me reprende mi dudar
Y me exhorta sin cesar;
Ella es faro que a mis pies
Va guiando por la fe
A las fuentes del favor
Del bendito Salvador.
La Escritura y el Espíritu
La Escritura no sólo nos enseña acerca del origen del hombre, de su caída y de la separación entre él y su Dios, sino que también le muestra al hombre caído, el camino de reconciliación, perdón, paz para con Dios, y vida eterna.
¡Desde luego, la obra del Espíritu Santo es esencial para que el hombre caído sea regenerado y entienda la Escritura, crea la Escritura y obedezca la Escritura… pero el punto es, el Espíritu obra a través de ella, abriendo los ojos del hombre para que vea sus tesoros, sus oídos para que escuche sus promesas y dándole al hombre la fe para que crea en todo lo que en ella está escrito, particularmente en el Salvador, en Su vida perfecta, en Su muerte sustitutiva y en Su gloriosa resurrección.
Sabiendo pues, que la Escritura es esencial para nuestra salvación y santificación, debemos leerla en oración, reflexionar en ella con suma consideración, y debemos hacerlo de manera frecuente y sistemática; es decir, a diario y de manera consecutiva y ordenada.
Escudriñad la Escritura
Note que el Señor no dice “lean la Escritura” como si se tratara de un libro común y corriente; el Señor dice “escudriñad las Escrituras”. El verbo “escudriñar” – En el original Griego, la palabra ἐρευνάω cuya transliteración es Ereunao, indica la idea de alguien que busca e investiga algo.
Hermanos, cuando vamos a la Escritura, les insto a ir en oración, pidiendo del Espíritu su iluminación y siempre buscando a Cristo en cada vuelta de hoja; busquemos en ella los gloriosos atributos de nuestro Salvador, inquiramos piadosamente acerca de Su vida y obra, y busquemos siempre sus palabras de consuelo y sus promesas eternas.
No leamos simplemente la Escritura, escudriñémosla; no pasemos sus páginas de manera mecánica, anhelemos a Cristo en cada pasaje, y busquemos crecer en ese conocimiento que va sazonado de piedad… de seguro Él mismo nos concederá tan grande bendición.
Si oramos y escudriñamos la Escritura…
Así que, al venir a la Escritura, oremos a Dios por la luz del Espíritu, y jamás diremos “anduve en tinieblas y no vi la gloria de Cristo, o nada en el pasaje que leí, fue de beneficio para mi alma”; escudriñemos la Escritura de manera diligente, y jamás diremos “aprendí poco”; busquemos en sus páginas a Cristo, y jamás diremos “no lo hallé”
Escudriñad las Escrituras; porque […] ellas son las que dan testimonio de mí
Jua 5:39
Es la infalible voz
De Tu Espíritu, oh Dios,
Que vigor a mi alma da
Cuando en aflicción está,
Y me enseña a triunfar
Sobre el mundo y mi maldad.Por Tu santa Letra sé
Que con Cristo reinaré;
Yo, que tan indigno soy,
Por Tu luz al Cielo voy.
Tu Palabra, Dios, a mí
Es un gran tesoro aquí.
César García, pastor bautista reformado confesional. Casado hace 23 años con Leticia, mi amada esposa, y con dos hijos. Viví en Londres por casi 18 años. Salvo por la gracia de Dios el 28 de Abril del año 2001. Cursé mis estudios teológicos en el Seminario Bautista Reformado de Londres del Tabernáculo Metropolitano (el de Spurgeon). Reconocido y comisionado por el Dr. Peter Masters y los ancianos y diáconos del Tabernáculo Metropolitano. Sólo un instrumento del Señor para la plantación de Gracia Redentora (Pereira, 2013) y de MIREFORMA (Manizales, 2019). ¿Mi anhelo? Llegar a ser un siervo inútil.