Una pregunta polémica que debe ser respondida
Ayer en la noche recibí una nota que me llevó a escribir este artículo. La pregunta que deseo nos planteemos es esta: ¿puede una iglesia arminiana, ser bíblica?
Definiendo términos
Iglesia arminiana
Se les conoce como arminianas, a las iglesias cuya postura soteriológica se adhiere a la esgrimida por Jacobo Arminio. En palabras un poco más relevantes para el lector, una iglesia arminiana es una iglesia que, soteriológicamente hablando, niega el carácter bíblico de cada una de las doctrinas de la gracia.
Iglesia cristiana
En el sentido más básico y escueto de la palabra, una iglesia cristiana es una congregación compuesta por creyentes que reconocen al Señor Jesucristo como Señor y Salvador. Así pues, iglesias que son Pentecostales, Congregacionales, Metodistas, Reformadas, del Nuevo Pacto, Presbiterianas no reformadas, Bautistas fundamentalistas, y aún las carismáticas, etc… son comúnmente llamadas iglesias cristianas, esto, de nuevo, debido a su fe en el Señor Jesucristo.
Ahora, ¿cuáles de esas iglesias a las que se les llama comúnmente «cristianas», en realidad son iglesias bíblicas? ¡Esa es otra pregunta, y estoy seguro que usted ya puede comenzar a notar la diferencia!
Iglesia bíblica
Una iglesia bíblica es por definición una iglesia cristiana cuya doctrina y práctica se basa en la Biblia (de ahí el adjetivo «bíblica»). Partiendo de esa definición (que es difícil de desvirtuar, pues el carácter bíblico de una iglesia depende de su adherencia de la Biblia) podemos afirmar que para que una iglesia sea bíblica se requiere que la doctrina y la práctica de dicha iglesia esté fundamentada en los 5 pilares de la Reforma Protestante, y de manera más particular, en el pilar de la Sola Escritura.
¿Por qué el principio de la Sola Escritura es el punto que marca la diferencia entre una iglesia que es bíblica y otra que no lo es?
Fíjese usted… todas las iglesias cristianas jamás dudarían en afirmar que «son iglesias bíblicas». Ahora, ¿qué es aquello que nos ayuda a corroborar si dicho clamor es cierto? ¡Su adherencia al principio de la Sola Escritura! Todas las iglesias podremos decir lo que queramos, pero lo que en realidad atestigua si nuestras iglesias se adhieren, o no, a la Biblia, es la sujeción de nuestras enseñanzas y prácticas al principio de la Sola Escritura; es decir, una iglesia bíblica es aquella iglesia cristiana en la que sus doctrinas y prácticas se encuentran dentro del marco del principio de la Sola Escritura.
Por tanto, es sólo cuando una iglesia se adhiere a dicho principio (al de Solo Escritura), y como consecuencia, es cuando sus doctrinas y prácticas atestiguan de su sujeción a la Escritura… es sólo allí cuando a limpia consciencia podríamos decir que dicha iglesia, es una iglesia bíblica.
Nota: Podríamos pensar que todas las iglesias cristianas tienen que ser por definición bíblicas, y que aquellas que no sean bíblicas entonces no pueden llamarse cristianas. Si este razonamiento fuera correcto, sólo tendríamos dos opciones:
- Ninguna de las iglesias que rehúse adherirse al principio de Solo Escritura podría llamarse bíblica y por ende no podría llamarse cristiana; lo cual representa un extremo falso.
- Todas las iglesias cristianas, independiente de aquello que crean o hagan, son bíblicas; lo cual nos lleva al otro extremo, que es también por necesidad falso.
Pero recordemos la pregunta:
¿Puede ser llamada bíblica, una iglesia que rechaza las doctrinas de la gracia?
Reconocer a una iglesia cuya doctrina contradice la verdad revelada por Dios en la Escritura (la doctrina arminiana contradice la plena soberanía de Dios en la salvación del hombre), como bíblica, equivaldría en mi opinión a violar gran parte del principio de la no contradicción que dice que «A» no puede ser al mismo tiempo verdadera y falsa. Bien, una iglesia que contradiga la verdad revelada por Dios en la Biblia no puede ser a la vez una iglesia que se adhiera a la Biblia, y por ende no puede ser llamada una iglesia bíblica.
Si la Biblia habla claramente de la depravación del hombre, de la elección y de la obra del Señor Jesucristo por esos elegidos, de la gracia irresistible con la que ellos son llamados a la fe y al arrepentimiento, y de la certeza de la salvación, ¿con qué argumentos alguien podrá decir: «esta iglesia, aunque no crea en esas doctrinas de la Biblia, es bíblica»? Sólo alguien que NO crea que las doctrinas de la gracia son una doctrina de la Biblia, podrá afirmar que una iglesia que las rechace, aún pueda ser llamada una «iglesia bíblica».
No cometa el error de rebajar la envergadura del adjetivo «bíblico»
¿Cómo podríamos hablar de una iglesia bíblica que adora de manera desfachatada en plena violación del principio regulador, o ¿ de una iglesia que evangeliza con obras de teatro, sólo por citar dos de un sinfín de otros posibles ejemplos? Estas son sólo algunas de las muchas prácticas contrarias a la Biblia que se presentan en iglesias cristianas . Ahora, ¿Pueden ser llamadas bíblicas, las iglesias cristianas que tales cosas practican?
Quizás usted se vea tentado a pensar de la siguiente manera:
- TODAS LAS IGLESIAS bíblicas proclaman el Evangelio. *eso es siempre verdad
- LAS IGLESIAS que hacen tales cosas proclaman el Evangelio *eso puede ser verdad
- LUEGO, LAS IGLESIAS que hacen tales cosas, son bíblicas, porque proclaman el Evangelio *eso jamás es verdad.
Hermano, si usted está de acuerdo con el anterior razonamiento, entonces su razonamiento es una falacia, pues el Evangelio no es necesariamente predicado por iglesias bíblicas. Para la muestra un botón: cerca a mi casa hay una iglesia Pentecostal Unicitaria (para toda iglesia bíblica, la negación de la Trinidad no es un error, sino una herejía de las más grandes), y para decir la verdad me maravillo –pues lo he escuchado desde mi casa *tienen potentes altavoces– de que ellos proclamen el Evangelio de una manera totalmente certera.
Así pues, la proclamación del Evangelio por muy importante que esta sea –y ciertísimamente lo es– no es el único elemento que se debe tener en cuenta al momento de considerar a una iglesia como bíblica. Hablar de una iglesia bíblica que desecha la Escritura (o partes de ella) como norma suprema de Fe y de práctica, sólo porque predican el Evangelio: ¡es minimizar la importancia y la envergadura del adjetivo «bíblico» que comprende mucho más que el Evangelio.
Podríamos afirmar que el Evangelio y la fe en el Cristo del Evangelio, es lo que le da el nombre a una iglesia Evangélica, pero su adherencia a la Biblia es lo que la convierte en bíblica.
Pastor César García
Es importante aclarar que hay hermanos en iglesias arminianas.
¡Muchas de las iglesias arminianas, son en realidad iglesias cristianas, y en su seno hay hermanos en Cristo a los que debemos amar y por los que debemos orar, y a quienes debemos ayudar, en caso de ser posible! sin embargo, no necesariamente estamos en la obligación de decir que las iglesias a las que pertenecen son iglesias bíblicas en el uso apropiado de la palabra, si es que ese no es el caso. (De la misma manera que hay iglesias calvinistas sólo de nombre, pero arminianas en esencia, conozco iglesias arminianas de nombre pero calvinistas en esencia. De hecho, un querido amigo mío solía ser pastor de una iglesia Pentecostal Trinitaria, pero el dogma y la praxis de la iglesia que presidía era totalmente reformada y bíblico… ¡sí, para sorpresa de muchos!)
A la final, somos parte de un cuerpo, ¡sí! pero no somos llamados a renunciar a nuestras convicciones por temor de indisponer a otros hermanos llamando las cosas como son.
Seamos caritativos, amables, corteses y bondadosos con hermanos con los que diferimos; si se presenta la oportunidad y el Señor nos concede la gracia para tal cosa: abramos la Escritura y razonemos con ellos en amor y paciencia. Seamos prudentes al hablar de estos asuntos con otras personas, en especial con aquellos que no conocen al Señor. Pero sobre todo, seamos cuidadosos con el uso de dicho adjetivo (bíblico) y tengamos en cuenta que no puede ser usado de manera desprevenida, o peor aún, indiscriminada.
César García, pastor bautista reformado confesional. Casado hace 23 años con Leticia, mi amada esposa, y con dos hijos. Viví en Londres por casi 18 años. Salvo por la gracia de Dios el 28 de Abril del año 2001. Cursé mis estudios teológicos en el Seminario Bautista Reformado de Londres del Tabernáculo Metropolitano (el de Spurgeon). Reconocido y comisionado por el Dr. Peter Masters y los ancianos y diáconos del Tabernáculo Metropolitano. Sólo un instrumento del Señor para la plantación de Gracia Redentora (Pereira, 2013) y de MIREFORMA (Manizales, 2019). ¿Mi anhelo? Llegar a ser un siervo inútil.